Ahí va todo mi rencor. Me gustaría que cada momento de
angustia solitaria la viviérais vosotros también. Que os arrebataran eso que no
tenéis ni puta idea de lo que vale. El valor de eso a lo que jugáis como
idiotas. Que cada sonrisa y cada gemido se volviera en látigo y pena. O en
culpabilidad mejor. Si es que sois humanos. Odio vuestro calor. Lo desprecio.
Lo odio porque soy capaz de imaginármelo. Ojalá la mediocridad se os aparezca
pronto. Ojalá os desagrade pronto el olor del otro. Ojalá os aburráis
mutuamente y ojalá forcéis vuestra unión hasta el punto de repudiaros. Ojalá no
sintiera yo estas cosas tan poco constructivas. Ojalá me olvide de todo esto.
Pero ya no soy un novato. La derrota significa DERROTA. Ya no parece algo que
te haga más fuerte. Es algo que simplemente te apaga un poco. No aprendiste
nada, sólo aprendiste a morir un poco. A sentirte menos, a ver cómo se aleja lo
que era un regalo de reyes. El ceño fruncido atenaza. La barbilla en tensión. La
boca torcida. La vista borrosa. El odio florece al no comprender. NO HE
APRENDIDO NADA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario