O de cómo Polilla fue durante un tiempo el detective improvisado más audaz.
"En la vida hay dos clases de personas, las que saben ocultarse tras un seto y las que no"
Poli se despertó a la hora de siempre. Siguió el ritual mañanero acostumbrado. Pero esta vez se saltó una parte del proceso. No se sentó en la cama unos instantes a meditar y maldecir la jornada que se presentaba como todas las demás jornadas, como su vida. Se saltó esta parte por que hoy, al igual que para sus clientes, iba a ser un día muy especial: La espicha de la Facultad de Biología.