23 ago 2012

Paciencia para qué?




 
No voy a esperar a que el tiempo me dé la razón. Prefiero apartarte de mi lado. No voy a esperar con buena cara a que vuelvas de tu retiro de seudoindignación con tu nuevo discurso, tus nuevas conclusiones sobre la vida, que contradicen a las anteriores por las que tanto discutimos pero no tienes los ovarios de reconocer que estabas en un error. Ni a que no tengas el valor de pedir disculpas por la paciencia y la comprensión que he dedicado en ti. Antes de que me agotes te aparto de mi lado. Antes de que la frustración me marchite y por ello me abandones te aparto. Para que sufras tú también. El papel de bueno se acabó. Porque tú, chochito lindo, siempre puedes ir al mercao y dejar que otro imbécil te agasaje. Dejarás que esa nueva víctima se corra dentro de ti y sienta que es alguien importante. Tú asumirás tu papel hipócrita de chica frágil, vergonzosa y bonita. De mujer luchadora con conciencia social. Cuando en el fondo eres una depredadora sin escrúpulos.

25 may 2012

El pequeño Lisiado



El pequeño lisiado yace en su cuna.  Se suceden las caras que se inclinan para que se aprecien las arrugas y los pegotes de carmín y pote. Pellizcos y muecas que chillan.  El pequeño lisiado ya reconoce a varios de estos personajes. Y sólo uno le agrada. Unos ojos con una piel suave. Ojos con esa nariz grande y bonita. Ojos con una boca limpia y carnosa. Ojos con una voz aguda y dulce, musical. El pequeño lisiado espera siempre que sea esa cara la que se acerque. Es la única que no chilla y pellizca. Y cuando aparece se pone muy atento, expectante a las carantoñas que tienen ya el éxito asegurado. No quiere recordar otras caras que no sean esa. Es su favorita. La ama. Es lo único que tiene.
Quizá algún día el pequeño lisiado entienda que esos ojos no van a estar ahí siempre. Ese día el pequeño lisiado morirá un poco para dar paso a otra cosa cada vez más triste.

13 mar 2012

Relájate hombre!


Otra infusión por favor. Algo que calme algo que tengo aquí dentro. De vez en cuando noto cómo tengo el cuerpo en tensión y me obligo a relajar el vientre y respirar profundo. Los chinos tienen esas disciplinas de  mantener un equilibrio en la postura teniendo en cuenta el centro gravitatorio del cuerpo. Creo que está un poco por debajo del ombligo. Sus movimientos parecen más pausados y más seguros. Voy a probar cómo es eso que dicen la peña monje budista de hacer cada movimiento cotidiano con concentración. Por ejemplo. Cuando camines sé consciente de cómo pones un pie delante del otro, notando cómo se posa el pie desde el talón hasta la punta. La espalda recta. Cada músculo. No hay prisas, de cada instante se puede aprender y tal...


1 feb 2012

Demonios


Me atraéis, me turbáis, enfadáis, me dais esperanza, me la quitáis. Me transformáis. En menos ocasiones que patas un perro, durante un tiempo me habéis elevado al cielo y devuelto al útero materno. No mucho después me habéis arrancado otra vez de él y reído de mí mientras os cambiaba el gesto.
Los demonios son espantosos. Te señalan con el dedo y no se cortan de hundir la hoja aunque les supliques y les digas que no lo entiendes.  Aparecen cuando uno es más vulnerable. Y no tienen piedad. Y aunque en la realidad no existan, siempre vuelven.
Y por eso ahora os tengo miedo.
Tengo miedo del siguiente asalto. No se cuándo llegará ni con quién. Pero  lo deseo cada día más.  Cuántas puñaladas soporta una espalda? Qué mas da, con tal de volver al útero.
Cada vez estoy más seguro de que ya es imposible cambiar.