Pasan los días amargos y hostiles
No hace al hombre libre
la ciudad.
Y te arrepientes de no haber suicidado antes
esta miseria que llaman progreso.
Padres:
Nos advertisteis de no ir demasiado lejos
apenas empezamos a caminar.
Y ahora ya no hay blanco a tiro
ni ancianos a los que escuchar.
Hoy la pasión es un dulce para niños decrépitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario