30 mar 2013

Rencor y olvido



Ahí va todo mi rencor. Me gustaría que cada momento de angustia solitaria la viviérais vosotros también. Que os arrebataran eso que no tenéis ni puta idea de lo que vale. El valor de eso a lo que jugáis como idiotas. Que cada sonrisa y cada gemido se volviera en látigo y pena. O en culpabilidad mejor. Si es que sois humanos. Odio vuestro calor. Lo desprecio. Lo odio porque soy capaz de imaginármelo. Ojalá la mediocridad se os aparezca pronto. Ojalá os desagrade pronto el olor del otro. Ojalá os aburráis mutuamente y ojalá forcéis vuestra unión hasta el punto de repudiaros. Ojalá no sintiera yo estas cosas tan poco constructivas. Ojalá me olvide de todo esto. Pero ya no soy un novato. La derrota significa DERROTA. Ya no parece algo que te haga más fuerte. Es algo que simplemente te apaga un poco. No aprendiste nada, sólo aprendiste a morir un poco. A sentirte menos, a ver cómo se aleja lo que era un regalo de reyes. El ceño fruncido atenaza. La barbilla en tensión. La boca torcida. La vista borrosa. El odio florece al no comprender. NO HE APRENDIDO NADA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario