Quiero ser elefante. Que camine a tu lado. Con mi paso, el que aprendí y con el que voy seguro. Restando distancia a lo que persigamos. Un paso, otro paso. Saber que te alejas de mi lado para otear y explorar. Tu regateas con los mercaderes y con los desesperados. A veces riñes, otras consuelas, y otras simplemente conversas haciendoles felices. Yo continuo dando pasos orgulloso al ver tu barbilla alzada tambien orgullosa. Me guìas, te consulto, me pinchas. Te subes a mi lomo y me acaricias con los ojos cerrados. Y mi paso continua inperturbable. Firme con la firmeza que me susurras. Pero no siempre. De noche me salgo de la direccion y troto asustado por el propio miedo a no seguir sièndote firme. Entonces te posas en mi oreja y susurras las Palabras que me hacen seguir con los ojos tapados hacia donde sea pero tú en el mástil. Con esa pose que te da la aventura. Y apenas acierto a disimular con mi apariencia impasible un temblor de pura electricidad en mis rodillas al saber que te tengo. Soy grande y pesado, para que tú me azuces lo que quieras. Para que te acomodes cuando pega el sol. Y para que me golpees fuerte cuando me confundo. Mi cadencia es la tuya.
Otra vez te adelantas para explorar, te observo y me deleito. El atardecer te hace una silueta muuuy alta. Y muy guapa.
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