3 ene 2010

Borracho pero feliz

Deshacerme de la conversación frenética que no sé si la empecé incluso yo. –Voy al baño.
Entrar, comprobar que hay papel higiénico (si todos los tíos fueran tan cívicos como yo no haría falta meterse en el de tías cuando quieres cagar), sacar un buen puñao y limpiar a conciencia la tapa de sentarse y la zona frontal donde puede tocar el pene. Darme cuenta de que estoy borracho. Bien. “Bien” pero porque vine al bar con mi amiga, mi amiga la que me gusta de verdad desde hace tiempo. Y con mi colega amigote, que ya puestos, no es lo mismo pero no va a ser menos. Cagar. Buff, desde un tiempo para acá hago como últimamente mi madre, exteriorizarme a mí mismo lo maravilloso que es cagar, lo bien que quedas al hacer de vientre, soltar el ñordo. Y me resbala por la boca un: “joderrr qué biennn”. Después del éxtasis pasivo hay que limpiarse. Y mi mano busca la lata de cerveza para limpiarme el culo. Eh! Que no, que el ritual no funciona así. Coge papel higiénico borracho de mierda!. Me limpio escrupulosamente, porque para algunas cosas lo soy. Estoy solo en un habitáculo, conmigo mismo, pero ahora estoy alegre y no soy infeliz.
Bailar. Otra cosa no, pero bailar R&R a mi manera con cualquier amigo me encanta. Porque es mi danza de la alegría, y porque no solo me da igual lo que piense la gente que me vea bailar tan mal, es que me gusta porque estoy seguro que les da envidia verme tan suelto y libre. Y con una chica tan guapa.
Hablar, de cualquier cosa. Cuando se está con otros dos misántropos como yo no es tan importante lo que se dice, sino lo que te transmiten esos ojos que te entienden. Porque no somos maestros de la conversación, somos torpes comunicando, pero hermosamente sinceros, palabras inocentes y fieles.
Me encantas, sería capaz de hacer el tonto y el ridículo toda una eternidad si tú lo haces conmigo y te veo disfrutar. Ahora me da igual todo, estoy disfrutando de ti, y eso no me lo quita nadie.
Dicen tonterías como que un hombre es capaz de cruzar desiertos y montañas por una mujer. Y para mí no es más que estúpido instinto o estúpida gente. Pero esa estupidez la tuve hace tiempo. Y aunque ahora ya me olvidé de ello, y hace mucho que tengo superadas y enterradas muchas pajas mentales de adolescente, vuelvo a caer y flotar como un teenager en esa nube idílica de quien está (permítanme decirlo) enamorado. O algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario