12 ene 2010

Nieve

Está nevando, hacía dos años que no nevaba aquí, no sé si es cosa mía pero noto en la gente ese pequeñísimo brillo de vida en la mirada que aparece cuando se rompe la monotonía. Sus semblantes se mantienen sobrios, diría que incluso les da vergüenza desnudar su apariencia de preocupación y pararse a admirar la belleza que tienen hoy a su alrededor . Les cuesta ser naturales, les cuesta ser felices, pero no se lo reprocho, la vida que nos hacen vivir es una mierda. O quizá sí debería reprochárselo. Cabrones, tenéis el poder de cambiarlo todo, tenemos el poder y el deber; pero la desconfianza y el miedo nos engañan. Si yo tuviera la fórmula… La individualidad que se contagia en la ciudad se olvida por momentos y la gente se miran más entre ellos al cruzarse como diciendo “eh! Está nevando tío!”. Los niños y los chavales de instituto no dudan en liarse a bolazos y sacar ese espíritu libre y natural que nos mira con desprecio y nos escupe en la cara por habernos vuelto tan condenadamente aburridos y predecibles. Somos un hatajo de traidores a la vida.

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